26.2.09

El Destierro

"Sabemos por Coseriu que el lenguaje de la poesía no es una derivación del lenguaje normal, sino que el lenguaje normal es una desviación, un empobrecimiento, del lenguaje poético o despliegue absoluto del lenguaje."
Álvaro García

Conforme la poesía se destierra el mundo se aplana, la luz de la razón nos ciega y aquel que mira corre el riesgo de no ver en las formas sino sombras.

La sombra del misterio es el enigma,
la sombra del imaginario, la ficción.
La sombra del hombre el individuo,
la sombra de la inteligencia, la razón.
Lo incognoscible no tiene sombra.
La sombra del caos es la incertidumbre,
la del cambio, el progreso.
La sombra del éxtasis, el placer.
La sombra del arte, el espectáculo.

La música ha de ser forma sin sombra.
La sombra del amor, amor ensombrecido.

22.2.09

Error

Humanismo oligofrénico, pseudomística banalizante, criptocristianismo. He tragado mucha literatura macrobiótica y con tanta ciencia insulsa he sabido construirme como una estatua de mierda. Yo para mí era algo así como un dios, demiurgo creador de un mundo reducido a la mente.
Hace sólo un año me creía capaz de mirar a los ojos de la serpiente como si fuera una proyección de mi inconsciente.
Error,
error,
error,
error.

18.2.09

Analogías sentimentales

Como una flor que se abre, así es mi mente.
No como un papel arrugado ni como un vidrio de cerveza de esos que el mar ha convertido en piedras preciosas a base de roce.
Mi sexo es también –es una obviedad pero he de decirlo- como una flor que se abre, huele a miel fermentada y a cadáveres de insectos.
Mi sexo no es pequeño y delicado como las bocas de nuestras abuelas y tampoco es como esos perros que muerden sin avisar a los niños en los sueños.
Soy consciente de la inteligencia diferida de cada una de mis partes. Mis manos, por ejemplo, son tranquilas y amables. Las cosas sucumben ante su muda elocuencia.

Como una flor que se abre, así es la mente de Pola.
Aunque pueda parecerlo, no es como un barco ni como una danza. Su mente es como una bandada de pájaros o más bien como un rayo dentro del mar, como un remolino o un rizo de Anette. En cambio su sexo es profundo y oscuro, su polla es como el vino caliente.
Sus manos son cariñosas y llenas de detalles. Su tacto llega hasta niveles microscópicos y las cosas le cuentan sus sueños.

La mente de Xavier es como esos veinte minutos de madrugada en el que el cielo empieza a azular y el viento para. A veces lanzo piedrecitas por su coronilla y juego a intentar adivinar la profundidad de su silencio. Pero esas piedras adquieren velocidad hasta transformarse en cometas que luego surcan la noche. A veces sospecho que todas las estrellas son piedrecitas que han lanzado al silencio de sus pensamientos.
Será hijo de hada y de ángel, de pastor y cabra. Del sueño erótico de la luna.