2.6.09

Carta a Jeanne

Querida hermana.

Tengo noticias: Gabrielle, Anette y Asier van a pasar un largo verano a Grecia. ¡A tu casa! Se alejan del ruido de París. La verdad es que están preocupados por Asier –todos lo estamos ¿eh?
Te tengo calada, vas un paso por delante. Ya habrás visto que Eugen, que vuelve nuestras virtudes en contra nuestra, está haciendo de su coraje y del amor desmedido por su pesada madre un hilo del que tirar hasta que no quede nada más que miedo y odio en él. Así están las cosas. Incluso tu padre, la persona que mejor se lo monta que he conocido, está tan preocupado por vuestro futuro que a veces pierde contacto con el presente. Temiendo la oscuridad uno puede llegar a cerrar los ojos en un día soleado como éste. Lo que se nos muestra como Eugen sabe cultivar el miedo, inocularlo y que nosotros nos lo contagiemos. Vencerle es vencernos a nosotros mismos.
Lorca, un gran poeta español –y marica, como todos los españoles lo son un poco- decía en un poema:
“y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.”

Y eso es lo que suele ocurrir si uno no está pero que muy centrado. Intuyo que te has visto reflejada en Asier y que eso te ha descubierto el laberinto en que Eugen os ha metido a Pola y a ti. Nos preocupamos por que tengáis una adolescencia normal, a veces incluso presuponemos que vosotros tomaréis nuestro relevo en la lucha contra él, pero vuestra guerra es ahora ¡no cuando tengáis nuestra edad! Y la victoria está en tener una vida armoniosa, sin que caigamos en la trampa de hacer de su ruido nuestra música. Es tan intensa la felicidad en la contemplación de lo que existe que a veces cuesta respirar. Tu padre me transmite eso, sé que a ti también. Tenemos suerte.
Bueno, creo que llegó el momento de parar, espero impaciente tu respuesta y te quiero hasta la ilegalidad.
Marion.

Por cierto, dentro del video de geografía de marruecos (un regalo que te mandaré con Gabrielle) hay un montón de maría ecológica de la que da risa y algo de chocolate. Me he enterado que tu madre la drogata te ha pillado expropiándole del cajón. ¡Nunca le pilles a tus padres, por muy liberales que PAREZCAN!

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