8.6.09

Sobre la pérdida

No dormíamos, pero el escenario nos sumió en el sueño. Yo tuve mi papel en el final de un número. Recuerdo ver cómo mi cuerpo que se formaba entre vapores que salían de una piedra oscura extraída del pecho de Xavier por un ser que era solo máscara y sombra.
Xavier gritaba mientras su imagen se fue desvaneciendo. Luego alguien me guió al palco donde me esperaban, en estado de total indefensión, Charo, Pola, la pobre Gabrielle y Aníbal -que tenía sólo una mano. Luego la función siguió con otro espectáculo aún más atroz. Pero todavía no quiero hablar de lo que ocurrió después.Por ahora es suficiente con hablar de cómo los Magos más poderosos, las mismas Potencias, rompieron el lazo que había trenzado alrededor de Xavier.
Es fácil hacer un vínculo de dependencia, sólo hay que darle al otro lo que te pide con el gesto y te calla con la palabra, convertirte en su hueco cuando grita, en su desierto cuando calla, reflejarte como un antagonista hermoso a veces, como un igual, horrible, otras. Amparar y desamparar, intermitentemente hasta la desesperación y el éxtasis. Esta es la grotesca danza del amor. No es amor luminoso pero es amor, el amor es el vínculo. Y Xavier me amaba porque yo quise que me amara, porque yo necesitaba una luz, su luz, como Eugene quiere su fuego.
El espectáculo de esa noche devolvió al chico su libertad. Cuando terminó vino una sensación de pérdida que ahora siento donde antes estaba el nudo que le ataba. Ya no está a nuestro alcance. Ahora es libre, luz libre, bueno para mi alma, bueno para la suya. Algo malo ha terminado, pero no el amor no es malo. Fui instrumento nefasto de Eugene, ahora entiendo que con la misma fuerza que yo tiraba de él, Eugene tiraba de él, no lo sabría explicar, pero la intuición es fuerte, y me alivia que ya no sea así.
Es horrible lo que hice para enamorarle, pero eso muy fácil y ocurre a menudo. No soy más zorra, siendo consciente de lo que hago que alguien que se niega a reflexionar sobre los poderes que convoca y los mecanismos que manipula. Diría que me porté como tantas personas que también se refugian en el alcohol, en una mala racha, busqué el cariño de alguien bueno y me agarré a él porque tenía miedo de hundirme en la desesperación pero necesitaba hacerlo.
Sí, patético, vergonzante, pero tampoco sería sincero exagerar. Xavier es intenso y pasional como un héroe de la antigüedad, de enfado fácil, lágrima fácil, risa fácil, espontáneo, auténtico e inocente, “más humano que los humanos”. Siempre supe que su amor hacia mí, por muy intenso y sincero que fuera acabaría cuando el viento cambiara.
No fue el natural transcurso del tiempo el que cambió la dirección del viento ¿o sí? Esa noche, esos extraños seres rompieron el vínculo de los vínculos sin más analogías que arrancar una piedra oscura y astillada de su sangrante pecho.
Ahora que ha vuelto, después de follar le he dicho que sus besos ya no le contienen. Dice que a partir de ahora será más amor, será mejor amor, yo creo que piensa en un amor más como el amor que debe sentir Dios por todo lo que en Él se manifiesta, como sólo los ángeles pueden amar.
Aun con la alegría de tenerlo de vuelta a mi lado, siento la tristeza de haber perdido a alguien que era mío, he perdido su adoración, su persona misma. Ya no me pertenece.
Pensar en eso, en la posesión, me lleva a pensar en Eugene, en cómo él utiliza esas fuerzas. Va cuajando la idea de que los vínculos de amor con que me ato a mis compañeros, son vínculos de miedo y dependencia con los que les ata Eugene. No se que hacer sobre eso. Sencillamente me viene grande, como tantas cosas. Necesito hablarlo con Pola. Creo que él también lo necesita, y tal vez saquemos algo en claro de todo esto.

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